Tras seis años de crisis, Europa ha vuelto, despacio, pero vuelve. El euro ha sobrevivido, se han implementado las primeras reformas estructurales, los indicadores económicos muestran un ligero crecimiento para el año próximo y la confianza, tímidamente, se está recuperando. Sin duda, no todo está resuelto, pero…
La situación en los países emergentes de rápido crecimiento no está siendo lo que muchas empresas de estos mercados se esperaban para ellos mismos. En primer lugar, estos mercados necesitan tiempo para su propio desarrollo; en segundo lugar, porque deben también consolidar su crecimiento; y, en tercer lugar, como en cualquier otra parte, no se trata solo del libre comercio. En resumen, no es oro todo lo que reluce.
En los llamados países BRIC, y por una serie de razones, cualquier tipo de producción no es exactamente fácil: barreras comerciales, escasa calidad de los productos generados, cierto grado de corrupción, la entrega rápida es poco realista a través de los largos canales de entrega, y por último pero no por ello menos importante, barreras culturales que incrementan los costes y no coinciden con las inmensas expectativas del cliente final. Al final, muchos negocios se ven atraídos de nuevo por la estabilidad política y económica europea. Por estos motivos, la situación europea es vista como un mal menor.
Simultáneamente, la economía de EEUU está creciendo; un país que siempre ha estado ligado a Europa por razones culturales, confía más en sus instituciones y que también prefiere construir en base a unas conexiones de larga duración con el viejo continente.
Incluso la economía asiática se está inclinando más hacia Europa, en parte condicionada por los debilitados tipos de cambio ―como en el caso de India― y también por las observaciones estratégicas. Esto demuestra que algunas de las viejas industrias europeas todavía están estableciendo los estándares para el resto del mundo. Sin embargo, y especialmente frente a la mirada de los inversores, Europa muestra una brecha. Por un lado, hay industrias sólidas, con infraestructuras e instituciones fiables en la Europa Central, pero por otro lado, también se tenemos estados debilitados con menor productividad, sobre todo en el Sur.
En nuestro contexto de reducción de márgenes y una mayor presión de los costes, estos argumentos pesan el doble. Desde mi punto de vista, esto nos dirige hacia un eje Londres- Frankfurt -Zúrich, desde donde se determinan las decisiones más importantes y hacia donde los inversores no europeos también tienen que fijar su objetivo. Vamos a tener que hacer frente a estos cambios, nos guste o no.
Sí, creo que Europa está volviendo, pero también creo que también lo hará la crisis si no impulsamos más reformas. Desafortunadamente en este momento, Merkel está sentando un pobre ejemplo en este sentido. Por todo ello, y como medida de precaución, me estoy preparando para una crisis de larga duración, es decir, para unos cambios duraderos y rápidos en las circunstancias del mercado.
Lieber Marc,
meinen Glückwunsch zu Deiner treffenden Beschreibung einer klar erkennbaren Tendenz hin zur Besinnung auf die soliden Werte des alten Europas! Bei der Aufzählung der Städte in der Achse London-Frankfurt-Zürich könntest Du getrost Wien hinzufügen, denn die österreichische Wirtschaft hat bewiesen, dass sie auf einem dem Land entsprechenden Niveau ungemein kräftig und innovativ geworden ist. Außerdem besitzen die Österreicher dank ihres historischen Erbes als europäische Zentralmacht eine hohe interkulturelle Kompetenz, was bei internationalen Geschäften von großem Vorteil ist.
Was den, wie Du schreibst, schwächelnden Süden Europas betrifft, bin ich der Auffassung, dass die dort weiterhin maßgeblichen, auf den Interessen überkommener Clans und nicht auf Leistungsfähigkeit beruhenden Machteliten den Aufbau neuer und wettbewerbsfähiger Strukturen erheblich behindern. In dieser Situation bleibt dem ausländischen Investor eigentlich nur die Möglichkeit, mit Brückenköpfen ähnelnden, kompetenten Organisationen zusammenzuarbeiten, um die eigenen Interessen abzusichern und dennoch lokales Know-how einkaufen zu können.
Es entsteht neuerlich die Gewissheit, dass sich die auf Grundwerte und Geschichtsbewusstsein gegründete Leistungskraft Europas durchsetzen wird, wobei wir uns immer wieder am Prüfstein unser Innovationsfähigkeit werden messen lassen müssen.
Mit Gruß zum neuen Jahr 2014
Johannes K. Wortmann