En Noviembre del 2012, el Institute of International Finance (IIF) publicó en su informe que el crecimiento africano no es un sueño sino una realidad, eso se debe a que la economía Africana viene creciendo de forma ininterrumpida desde hace una década. Todos los estudios señalan que la tasa de crecimiento para este año será del 6%.
Según el informe Doing Business 2014 del Banco Mundial publicado en Octubre del 2013, alrededor de 10 países africanos entran en el “Top 100” de países con mejores perpectivas económicas y facilidades para invertir (cuatro de ellos están entre los 50 primeros). Hay que destacar que el mismo informe señala que ningún país de la Unión Europea se clasifica entre los 10 primeros.
Otros informes (BAD,PNUD,CEA) hacen hincapié sobre la juventud de la población africana, el crecimiento del mercado, la necesidad de servicios y productos para una clase media en aumento y la necesidad de innovación para un nuevo modelo de economía inclusiva y sostenible.
Hay que dar un gran valor a estas magnitudes macroeconómicas dado que no hay que olvidar que la mayoría de los países occidentales, que hasta hace poco se consideraban los motores de la economía mundial, hoy en día son débiles.
La mejora de África se debe entre otras cuestiones a la mejora de la gobernanza; Contrariamente al imaginario de la gente, hoy solo 5 de los 54 estados africanos son dictaduras. La unidad económica africana al estilo de la europea está aún lejos pero han empezado planes, como por ejemplo, el plan África 2063 sobre la mejora de las conexiones entre países africanos.
Los países occidentales siguen subvencionando los programas de ayuda al desarrollo que en 5 décadas han servido para todo menos para el desarrollo. China y en general todos los países asiáticos, en especial Corea, Taiwan, Japón y la India pero también otros países como Bangla Desh apuestan por una relación igualitaria con los países y las empresas africanas, lo que los anglosajones llaman un win to win.
En cambio, las barreras socioculturales y los obstáculos administrativos constituyen hoy en día un gran obstáculo para los emprendedores africanos y sus nuevos socios mundiales. La pregunta que debemos hacernos es: ¿son estos obstáculos insalvables? En absoluto, las comunicaciones entre Europa y África han mejorado mucho, los países son muchos más estables y el estudio y conocimiento previo del país permite a los directivos una adaptación menos traumática, asimismo la formación de cuadros en escuelas de negocios europeas permite crear equipos locales que facilitan la realización de negocios con empresas locales. Además para un español la elección de países del área de influencia lusa permitirá una adaptación mucho más rápida.
Otro de los errores que se comente frecuentemente al analizar el potencial de África es poner a todos los países en el mismo saco. Hoy Angola, Ghana, República Sudafricana, Camerún, Costa de Marfil, Benin, Botswana o Namibia son países estables y con crecimientos del PIB equiparables a los de China o India. Tanto así, que en 2011 Jim O’neill incluyó Sudáfrica en el grupo de economías emergentes acuñando el acrónimo BRICS. En estos países sectores como la agricultura, la educación, la sanidad o las infraestructuras tienen un potencial de desarrollo muy importante.
Algunos sectores en algunos países ya son maduros como por ejemplo el turismo en Kenia o Tanzania, ahora Sudan se suma a este sector de crecimiento. ¿Por qué no iba a despagar África en otros sectores y otros países? ¿Por qué la lejana China puede negociar en África y la cercana Europa no? La decisión está en nuestras manos, en África casi todo está por proponer y por pensar.
Divaika Kiemba Dina
Coordinador de África en Adminex y Presidente de Centre Euro Africa