La compra de empresas para implantarse en otros mercados provoca un sobrecoste financiero y un choque entre organizaciones
He tenido la oportunidad de participar en la Diada de las Telecomunicaciones de Cataluña, que organiza cada año el Colegio de Ingenieros Técnicos y Peritos de Telecomunicaciones de Catalunya (COETTC), en una ponencia junto a directivos de Vueling, LetBonus, Fundosa y Plasticband donde analizamos el método de crecimiento de las empresas en un entorno complejo como el actual.
Siendo le resto de los ponentes de sectores diversos ¬—internet, aviación, industrial y servicios— es destacable que todos ellos coincidieron en que una vía para afrontar la crisis es la gestión cercana, controlando todos los detalles, para poder introducir mejoras en todos los circuitos y ajustar costes como resultado de la racionalización e introducción de innovaciones en la producción. La calidad es la clave para que una empresa salga de la crisis y empiece una etapa de crecimiento.
Hoy en día para las empresas, la internacionalización es una vía de escape.
En España mucha gente cree que sólo las empresas de los países en crisis, como los del sur de Europa, han buscado la internacionalización aprovechando la mejora de competitividad por reducción de costes laborales. Nada más lejos de la realidad, en Alemania las empresas se han lanzado a abordar el mercado ruso y asiático como apuesta de futuro.
La internacionalización no es un proceso barato, ni en tiempo ni en dinero, y los resultados no son inmediatos. Por otra parte, la internacionalización mediante la compra de empresas no siempre es exitosa, en especial para las pymes familiares. En cuanto a la internacionalización vía adquisición de empresas es compleja porque implica sumar, a la complejidad del proceso, una fusión de culturas empresariales distintas.
En las adquisiciones, en la mayor parte de las ocasiones, el personal de la empresa adquirida cae en el binomio de la desmotivación y la demanda de mejoras laborales y retributivas. El crecimiento orgánico es mucho más sano y no obliga a un sobreesfuerzo financiero por parte de la empresa compradora. Así pues, las empresas que se internacionalizan deben apostar por contratar personal local del país en el que se implantan pero también personal de los países con los que van a tener relaciones, los clientes crecen y se fidelizan si les hablas en su mismo idioma. Para que una empresa alemana, española, china o de cualquier otro país triunfe en el exterior hay que ir con la idea de que se trata de una empresa local que sale al marcado exterior.